Parece que a este gatito se le ha metido en la cabeza acabar con la paciencia de un perro.
Una y otra vez el gatito insiste, dándole con sus patitas al perro, pero este parece que no está dispuesto a enfadarse. Seguro que entiende la juventud y actitud juguetona del gatito.
Ay… ay… ay… me muero… Que tiernísimo!!!♥♥♥