La historia de la perrita Raina y la guepardo Ruuxa es una de esas que no deja indiferente a nadie quizás por su especial ternura y al mismo tiempo tan poco frecuente que ocurra.
La guepardo Ruuxa fue abandonada por su madre cuando era tan solo un cachorro tras dar a luz a una camada de 5 cachorros.
El personal del zoológico de San Diego se hizo cargo del guepardo y para tratar de combatir su pena eligieron a un cachorro llamado Raina, de 8 semanas de edad, para que la acompañara.
El lenguaje corporal de Raina ayudaría a mantener al guepardo calmado en caso de moverlo posteriormente a otro hábitat.
Poco a poco el guepardo y el perro comenzaron a forjar una grandísima amistad y siempre estaban juntos.
No pasó mucho tiempo hasta que los trabajadores del zoo se dieron cuenta de que las patas delanteras de Ruuxa no se estaban desarrollando correctamente. Había nacido con una anomalía de crecimiento llamada condrodisplasia. Las patas del guepardo no crecían rectas, crecían en forma de arco.
Los veterinarios del zoológico realizaron una operación correctiva al guepardo en el año 2014 y Raina no lo dejó solo en ningún momento.
Gracias a Raina, Ruuxa se recuperó por completo y después de años su amistad sigue inquebrantable.
VÍDEO:
Aprovechamos esta conmovedora historia del guepardo y perro amigos para mostrar nuestro rechazo hacia los zoológicos, circos y cualquier tipo de espectáculo con animales.