Michelle Obama, acompañada de su perro Bo, ha hecho una aparición no anunciada en el Salón Azul para deleite de unos turistas que se encontraban haciendo una visita.
Cientos de visitantes de la visita guíada, se detuvieron para recibir con abrazos y apretones de mano a Michelle. Los admiradores de la Primera Dama estaban emocionados por la oportunidad de verla y en este caso Bo también fue protagonista.
“Tiene un gran temperamento”, dijo Obama a algunos de los estudiantes de mercancías peligrosas, cuando acariciaban al perro de agua portugués.
Hubiera sido bueno que en vez de ser un perro de raza hubiera sido un adoptado de la calle. Saludos.