Ha sido un año largo para Robert Moreland, pero todavía más largo para su perro Blackjack. El pastor alemán fue robado del camión de Moreland, hace 10 meses, mientras él estaba en una tienda. Moreland quedó totalmente devastado ya que ambos habían estado juntos desde que era un cachorro.
Cuando Moreland descubrió que Blackjack no estaba, enseguida llamó a la policía pero nunca lo encontraron. “Me dolía el corazón”, explicaba Moreland. El hombre es un amante de los animales y a pesar de sus problemas de salud nunca quiso renunciar a la búsqueda de su perro.
Moreland sufrió de estrés postraumático desde que se retiró de las Fuerzas Aéreas en el año 1981, después de llevar unos 20 años de servicio. Blackjack ayudó al hombre a llevar algo mejor sus problemas de salud.
Finalmente decidió conseguir otro perro que bautizó como Rommel, aunque él seguía rezando por Blackjack. “Me había dado por vencido”. “No porque quisiera, sino porque ha mucha gente mala en el mundo”, explicaba Moreland. De repente un día tuvo lugar el milagro.
Eric Weinberger, un voluntario de la asociación “Big Dog Ranch Rescue”, recibió una llamada telefónica de un residente de Palm Beach (EEUU) que explicaba que durante varios meses había estado alimentando a un perro abandonado. Weinberger fue en busca del perro y después de varios intentos logró atraparlo. El microchip reveló que se trataba de Blackjack.
Weinberger tiene miedo de que el perro fuera utilizado en peleas de perros. Tenía un collar de plástico verde alrededor de su cuello y un trozo de carne colgando de una cadena. “Nunca sabremos para que lo utilizaron”. “Pero la única razón por la que tiene ese collar es porque fue utilizado como perro de cebo”, comentaba Weinberger.
Inmediatamente dieron el aviso a Moreland y la pareja tuvo un emotivo encuentro. Blackjack fue directamente hacia Moreland y se acurrucó a su lado como si el tiempo no hubiera pasado. Blackjack fue sometido a varias cirugías para curarle sus heridas.
La maldad de algunos seres “humanos” no tiene limites.Malditos sean .Me alegro de que pudiera volver con su dueño.
Es increible como existen personas tan malvadss, gracias a Dios también hay seres maravillosos que saben apreciar la belleza de la vida. Q ue pesar que no entendamos a los perritos para poder saber que les paso y poder juzgar como se merecen a esos desgraciados que les gustan las peleas de perros. Me alegro mucho por el perrito y su dueño, se acabo la pesadilla.
Dios bendiga a todas las personas que dan un poco de si con cada ayuda, cada rescate, cada ser. No es fácil alimentar a tantos y ayudar, pero algunos lo hacen y brindan una nueva oportunidad a un callejerito, que por fortuna tenía un amoroso papá esperando y orando por el, creo que es un milagro real. Lo terrible es que no se sabrá que le toco vivir a Black, no habrá jusitcia quizás para el resto de víctimas caninas de estos delincuentes.